nos han invitado a participar en la
I Jornada de Convivencia.
Recordamos algunos de los momentos vividos durante estos últimos años donde el Aprendizaje y Servicio ha sido el vehículo principal para la mejora de la convivencia en nuestro centro.
Gracias a Eugenio, nuestro Agente Tutor, a Manín, el guarda rural, y a todos los colegios que nos han permitido crear redes de convivencia y demostrado una sensibilidad especial.
NUESTRA INTERVENCIÓN, RESUMEN LO QUE PARA NOSOTROS ES LA CONVIVENCIA EN EL A.C.E. DE COLMENAR VIEJOGracias a Eugenio, nuestro Agente Tutor, a Manín, el guarda rural, y a todos los colegios que nos han permitido crear redes de convivencia y demostrado una sensibilidad especial.
Buenos días a todas y todos,
Soy maestra de pedagogía
terapéutica y en esta ocasión hablo como portavoz de todos mis compañeros con
los que trabajo en el ACE de Colmenar Viejo. Para nosotros, la convivencia es
un conjunto de momentos, de vivencias, de situaciones que van más allá de las
aulas y que hemos tratado siempre de tener como eje en nuestro trabajo. Todos
esos momentos si se viven con plena consciencia, se hacen importantes y se
convierten en una gran herramienta educativa. Las imágenes, las palabras, las
emociones que acompañan a estos momentos, son vitales para educar de manera
memorable, que no memorística a nuestros muchachos. Esta convivencia se escribe
a veces con renglones torcidos, con borrones, e incluso con párrafos que nos
gustaría olvidar, pero hasta en esas ocasiones encontramos valor educativo en
ellos.
A menudo nuestros chicos no saben
escribir bien, garabatean su rabia y su rencor, se saben diferentes, distintos,
y prefieren que si no les van a respetar entonces que les teman. Tenemos que
buscar nuevas páginas, nuevos dictados donde se vuelvan a creer capaces de
hacerlo bien, de sentirse válidos y valiosos.
Servir para servir, tres palabras que significan mucho para
nosotras en el ACE. Convivir es vivir con, con nuestro entorno, con nuestros
amigos, con nuestras familias, y por supuesto con nosotros mismos. Nadie puede
ser más valioso en nuestra vida que nosotros mismos. Sentir que formamos parte
de un grupo, que tenemos un hueco, que además de las notas que obtenían en el
colegio y en el instituto, reciben cariño y admiración por ser ejemplo para los
niños pequeños, para las maestras que nos reciben, para las personas con las
que coincidimos en las más de 50 salidas al
año que hacemos.
A socializarse se enseña sobre
todo en la calle, en la vida, equivocándonos, y encontrando personas ahí afuera
con la sensibilidad adecuada para tejer redes de salvación social. Nuestros
muchachos no están bien, no están bien con ellos mismos y con su circunstancia,
y en muchas ocasiones no se le puede poner nombre a lo que les pasa. Vivir con
ellos, partir con ellos, compartir, es la base para que tengan un motivo por el
que luchar, por el que seguir adelante. Cinco proyectos presentamos, pero
podrían ser muchos más, donde la convivencia es el idioma con el que tratamos
de comunicarnos. Ayudarse a sí mismos ayudando, cuidarse cuidando, quererse
queriendo.
Esto puede sonar a utópico, pero
si nos preguntamos para qué sirve la utopía, podemos contestarnos lo que
respondió Fernando Birri: “La utopía es como ese horizonte que está frente a
nosotros y que cuando damos diez pasos para alcanzarlo, se aleja diez pasos de
nosotros, pero que del mismo modo que se aleja, nos permite caminar. La utopía
sirve para caminar”
Muchas gracias.